Contrapunteo de volúmenes y espacio
Desde siempre el hombre tuvo la motivación de representar en el espacio objetos, animales, figuras humanas… lo mismo en piedras, madera, barro, acero, u otros materiales; a este arte se le conoce con el nombre de: Escultura. La tridimensionalidad caracteriza el objeto escultórico, es un ejercicio conceptual y técnico donde el artista sabe “decantar” los volúmenes que no son necesarios.
Más allá del olvido durante mucho tiempo en nuestro país debido a la ausencia de textos y en lugares expositivos de obras escultóricas, Cuba tiene una historia y tradición en este arte que comenzó en la colonia. No se puede dejar de mencionar a maestros como: José Villalta Saavedra, Miguel Melero, Juan José Sicre, Teodoro Ramos Blanco, Jilma Maderas, Florencio Gelabert, Rita Longa, Agustín Drake, Sandú Darié, Osneldo García, José Villa Soberón, Los Carpinteros, Esterio Segura…etc. De igual forma no se puede dejar de mencionar a la provincia de Las Tunas por el auge que ha tenido en este territorio la escultura ambiental. En Artemisa por ejemplo hay que nombrar al municipio Bauta, donde encabeza la lista el maestro Juan Quintanilla y el Grupo Génesis creado del 2009 al 2012 e integrado por los artistas Karoll William Pérez, Adrián Infante, Onil Frade, Ana María y el joven Oslier Pérez Miralles. Durante tres años este colectivo ejecutó diferentes obras de ambientación en Artemisa y Mayabeque; justamente en esta última provincia es donde se dan a conocer, tras asumir el proyecto de intervención artística en el Parque Nacional las Escaleras de Jaruco. Ocho obras de ferrocemento policromado comenzadas en Bauta y terminadas en el lugar, quedaron emplazadas. Posteriormente otras obras monumentarias fueron instaladas a la entrada de la provincia Mayabeque, en el Boullevar de San José de las Lajas y en el complejo gastronómico El Ideal en playa Baracoa donde Pérez Miralles recreó La novia del mar, una legendaria sirena sobre una tortuga.
En el año 2012 Oslier Pérez Miralles ejecutó el conjunto monumentario El ojo del pueblo a la entrada de la provincia Artemisa, primera obra proyectada y producida en solitario, luego de separase del Grupo Génesis. El monte de las banderas, Los deportistas a bajo relieve y La mano del lanzador en el Estadio Provincial 26 de Julio, vendrían después. Obras donde Oslier recreó una visualidad fuerte con grandes volúmenes.
La obra escultórica de Oslier se caracteriza por el carácter narratológico y metafórico; para este artista el espacio libre donde se emplazan sus esculturas es parte de la pieza, de ahí que los jardines jueguen un papel importante dentro del conjunto. La libertad creativa lo lleva a interpretar de manera puntual cada nuevo reto, donde lo importante es el carácter cognoscitivo y comunicacional de la obra.
Con apenas 38 años este artista (en mi opinión) ya tiene inscrita dentro de las grandes obras monumentarias contemporáneas de Cuba, una, se trata del El ojo del pueblo; síntesis simbólica que representa un ciclope de un solo ojo por donde los rayos de sol y la luz pasan y alumbran y construyen la nueva provincia. Imponente escultura de hormigón fundido, cuya verticalidad ronda los 12 metros de altura. Homenaje al poeta Rubén Martínez Villena y su poema La pupila insomne. Esta obra representa la virilidad de la nación cubana y el carácter vigilante y protector del pueblo artemiseño.
Con nuevos juegos texturales Oslier Pérez Miralles nos sorprenderá en un futuro porque la búsqueda del conocimiento lo caracteriza y el embrujo de las técnicas que aún no ha trabajado. Estoy segura que incursionará en la escultura buscando nuevos efectos cromáticos, sinuosidades más atrevidas en los modelados y sobre todas las cosas demostrando que es heredero de un arte que lleva más estudio y atención en la Isla: la Escultura.
*Yuray Tolentino Hevia, poetessa
